Debe ser el momento de los pueblos

Ayer se celebró en Hernani la última del conjunto de conferencias realizadas con Carles Riera (CIEMEN) y Alba Nogueira (Galiza Sempre) en la Universidad de Invierno. Si en sesiones anteriores charlaron sobre la soberanía, el derecho a decidir y la ruptura democrática y la crisis del Estado español, ayer reflexionaron, junto con Sabino Cuadra (Amaiur), en torno a una pregunta fundamental que debe formularse en esta situación: ¿Es el momento de los pueblos? Con el salón de actos principal de Biteri casi lleno, los ciudadanos y ciudadanas quedaron satisfechas con las reflexiones realizadas.
¿Será el momento de los pueblos? Alba Nogueira quiso poner en duda la respuesta afirmativa que cabía esperar. En opinión de la gallega, tenemos un dilema que resolver entre la globalización salvaje y la democracia y la soberanía.
“Debemos tener en cuenta el acuerdo TTIP, por ejemplo. O las decisiones tomadas por el Banco Central Europeo a solo tres días de las elecciones de Grecia. Podría ser el momento de las grandes corporaciones, o, al menos, en ello están las élites y el neoliberalismo”.
De hecho, recordó que organizaciones como el BCE o la Troika poseen un gran poder, y añadió que los ciudadanos y ciudadanas no tenemos ningún control sobre ello. “Sus programas favorecen a las personas que especulan”.
Según Nogueira, el TTIP supone la negación del momento de los pueblos, y la razón no es solamente la eliminación de aranceles. El objetivo es eliminar las leyes protectoras aprobadas por parlamentos elegidos por las ciudadanas y ciudadanos, para que las inversiones de las corporaciones no se topen con el límite normativo. Recordó que, en caso de suceder lo contrario, tienen la posibilidad de reclamar indemnizaciones millonarias. Por lo tanto, en ese esquema, las vencedoras son las corporaciones.
Sin embargo, debe ser la hora de los pueblos, en opinión de Nogueira, para hacer frente a esos ataques. “Latinoamérica es el modelo. Para hacer frente a clausulas abusivas parecidas, han profundizado en la soberanía de los pueblos profundizando en la democracia”.
Los pueblos debemos contribuir al desarrollo de la humanidad
En opinión de Riera, nos encontramos en una época de crisis globales, y, además, la cosa irá a más. Dichas crisis las sufren especialmente los pueblos. Por tanto, “son los pueblos los protagonistas del cambio, tanto a escala global como local”.
“La dialéctica entre los pueblos y la oligarquía, entre los pueblos y los opresores, está tomando tintes dramáticos y agresivos”, según Riera. Echándole un vistazo al mundo, “en el mapa de los conflictos mundiales encontramos derechos colectivos pisoteados por todas partes. Un estado opresor oprime la soberanía de los pueblos”.
“Una solución que reconociese los derechos democráticos, crearía en el mundo una nueva cultura política basada en la paz. Traerían consigo la profundización de la democracia, la política y los derechos humanos y civiles.”
Por consiguiente, en palabras de Riera, el trabajo de los pueblos consiste en mejorar la calidad política y democrática. “En ese sentido, somos protagonistas de primera fila. Posee un interés tanto local como global. Esa es la contribución que podemos hacer a la humanidad”.
Al igual que Nogueira, el catalán puso a Latinoamérica como ejemplo. “Bolivia, por ejemplo, ha realizado una gran contribución a la recreación del Estado. Han inventado un nuevo modelo de democracia trayendo la innovación desde sus tradiciones y raíces. Riera también mencionó la contribución de Kurdistán en cuanto al modelo de desarrollo del concepto de territorialidad y del concepto de nación y a la organización social. “La revolución de Kobanê será una referencia desde la perspectiva de la renovación”.
Por tanto, los pueblos juegan un gran papel en el desarrollo de la humanidad. Sin embargo, recordó que nos encontramos inmersos e inmersas en varias crisis profundas. La crisis de la democracia (está retrocediendo en favor de la oligarquía), la crisis del capitalismo (las élites se están enriqueciendo, en detrimento de sectores populares), la crisis del modelo de desarrollo (que está eliminando los recursos y que también nos interpela directamente a las personas socialistas) y del modelo estado-nación como estructura política. Gracias a la contribución de una persona del público, recalcó también la crisis del patriarcado, recordando que el cambio feminista será o no será cambio.
Esas crisis nos impulsan a reinventar la democracia, en opinión de Riera. Como hiciera en Barakaldo, explicó que en España esas crisis adquieren un carácter particular. En ese sentido, los pueblos debemos enfrentarlas desde la construcción de nuestros Estados, según Riera. Porque no existe mejor oportunidad para reinventar la democracia, la nación y el modelo socio-económico que la hoja en blanco que supone construir un nuevo Estado. “Esa es nuestra contribución solidaria al mundo, realizando renovaciones”.
Aún así, no hay que esperar al día siguiente. Afirmó que esa contribución se realiza en el propio proceso de lucha. “El momento de los pueblos es necesario para nosotras y nosotros y para el mundo, y eso no se lograra solamente desconectándose de España. Ese es el primer paso, pero deberá seguirle la desconexión tanto de organizaciones como la UE, OTAN, TTIP y semejantes como de las normativas.
Es necesaria una primera ruptura
Sabino Cuadra habló del tema con su habitual locuacidad y tono, a ratos, satírico. En su opinión, la principal característica de la situación actual son la inestabilidad y el cambio constante. “En este contexto, debemos recolocar las ideas”.
En opinión del navarro, “mediante tratados pretenden disminuir la soberanía de los pueblos. La UE se está convirtiendo en una máquina para los poderes financieros”. A su parecer, hace tiempo que se perdieron las promesas de una Europa social.
Declaró que, frente a esta situación, hay que abrir unas puertas y cerrar otras. “Debemos abrir las puertas a las libertades, a la independencia. Debemos cerrárselas al neoliberalismo, a las imposiciones. Al veneno y al puñal”. En ese sentido, quiso hacer una matización: “No es solo el momento de los pueblos. También es el de las ciudadanas y ciudadanos”.
A fin de subvertir la situación, Cuadra planteó tres ejes: la radicalización de la democracia, la unión del proceso de liberación y el proceso social y la solidaridad con los pueblos del mundo.
Respecto al primero, en palabras de Cuadra, “debemos construir un nuevo modelo de Estado. Construyendo un Estado alejado de las ciudadanas y ciudadanos, vamos mal. Debemos construir un Estado municipalista. Más base y menos altura”. Al fin y al cabo, un modelo que impulse la participación ciudadana y que establezca mecanismos de control.
Por otra parte, además de la defensa de los aspectos culturales e identitarios, deseamos un modelos de sociedad basado en la buena vida, opinó el navarro. “No uno basado en la competitividad, sino en la cooperación. No avaricioso, sino solidario”. En esa dirección, debemos impulsar un modelo económico basado en la soberanía.
En lo referente al tercer eje, comparó Euskal Herria con un árbol: “Con las raíces fuertes y las ramas abiertas al mundo”.
Recordó que el Estado español se halla inmerso en una profunda crisis y que eso “no ha caído del cielo”. “Hemos provocado la profundización de la crisis con nuestras luchas. Las huelgas generales, el 15M, las mareas y, finalmente, el proceso catalán han supuesto un gran torpedo”. Cuadra afirmó que la situación actual era inimaginable hace cuatro años, y que hoy día en todas las tertulias se habla sobre la necesidad de la reforma. “Porque el problema, más allá de la casta, se encuentra en el régimen: el PP y el PSOE, los sindicatos estatales, la policía, el ejército, la oligarquía y los medios de comunicación”.
En consecuencia, “lo que precisamos no es una segunda transición, sino una primera ruptura. Debemos hablar en plural de procesos constituyentes. Y el derecho a decidir no se trata de una concesión política hecha por alguien, sino algo que se materializa en la práctica”.
Al hilo de las actitudes que están apareciendo en la izquierda de España, de “esos y esas que hablan de la España plurinacional”, supone un avance, pero ocultan el problema de fondo. El derecho a decidir de los pueblos. Sin reconocer esto, no existe ruptura, según Cuadra.
Por tanto, debemos andar el Camino Vasco para materializar esa oportunidad. Sin embargo, “en vez de hacerlo tras modelos, debemos andar el nuestro propio. Porque también aquellos que tomamos como modelos hicieron su propio camino mediante renovaciones basadas en sus tradiciones y contexto”. Resumiendo, “copiar no, aprender sí”.
Por último, recordó la importancia de atraer al independentismo a la juventud y a los sectores populares. “Debemos proyectar un futuro mejor en la independencia”.