#40Aniversario- la Ley de amnistía

Tras el verano, los partidos comprometidos con la Reforma intensificaron su estrategia de desmovilización. Aunque se había creado por las movilizaciones populares un clima que permitía esperar una pronta amnistía. Una nueva convocatoria de semana pro-amnistía fue organizada en todas las nacionalidades del Estado con el objetivo de reclamar la salida de todos los presos políticos, la vuelta de los exiliados y la amnistía laboral.
En Euskal Herria se desarrolló entre los sábados 8 y 15 de octubre y fue violentamente reprimida. Xabier Arzalluz (PNV) y Enrique Mugica Herzog (PSOE) mostraron su disconformidad con la convocatoria utilizando periódicos, radios y televisión para pedir contención. Sin embargo, decenas de movilizaciones se sucedieron pidiendo amnistía, la vuelta de los exiliados políticos y la disolución de los cuerpos represivos.
El 15 de octubre la ley de amnistía fue aprobada por la casi totalidad de los grupos políticos representados en el Congreso de los Diputados, con la abstención del derechista AP y la del diputado de EE Francisco Letamendia por considerarla corta, insuficiente y no definitiva. Esa amnistía prometida no se contemplaba para todos los delitos de carácter político, no tenía en cuenta la amnistía laboral ni planteaba la desaparición de todas las leyes represivas. En su alocución en el congreso Letamendia fue tajante: “La amnistía no es un perdón vergonzante a personas a quienes se les continúa considerando delincuentes, sino el reconocimiento a aquellos que han puesto todos sus medios para la lucha con- tra la Dictadura”.
Tras la aprobación en el Parlamento, la Ley 46/1977 o ley de Amnistía entró en vigor con su publicación en el BOE el día 17, y acarreó la puesta en libertad de a la totalidad de los presos políticos vascos acusados de delitos cometidos entre la fecha del referéndum para la Reforma Política y las elecciones del 15 de junio.
El 21 de octubre salió de la cárcel el primer preso vasco. En las semanas y meses posteriores le siguieron otros 22 hasta la salida del último, Francisco Javier Aldanondo “Ondarru”. Había sido detenido tras la emboscada de Itxa- so de marzo en la que murieron “Sebas” y “Zaharra”. Todavía durante los últimos días de noviembre y primeros de diciembre se siguieron produciendo huelgas de hambre y movilizaciones pidiendo la libertad de “Ondarru”, que seguía en prisión. De ahí que cuando el 9 de diciembre de 1977, abandonó la cárcel de Martutene, la alegría se desbordó y Fran Aldanondo fue recibido por una multitud en su Ondarroa natal.
Fue la tensión entre la amnistiá jurídica y la amnistía política la que se mantuvo tirante durante todo 1977. A la primera se referían los profesionales del derecho y no planteaba la necesidad de cambios profundos en la legislación, el sistema político o el orden vigente. Las cuestiones que se planteaban desde los defensores del concepto político de amnistía estaban ligadas, sin embargo, a lo que se esperaba al final del franquismo, una amnistía total o política acompañada de un cambio profundo de régimen.
Aunque la demanda popular se había planteado en torno a los delitos de internacionalizad política para restablecer las libertades o reivindicar la democracia o los derechos de los pueblos.
Sin embargo, lejos de esto, la reforma política acabó promulgando una amnistía que con el tiempo sería vista mas como una ley de punto final que como una medida dirigida a reconocer y reparar a los opositores al fascismo. La Ley de octubre de 1977 introdujo una frase decisiva para garantizar la impunidad del franquismo: “Todos los actos de intencionalidad política, cualquiera que fue- se su resultado, tipificados como delitos y faltas realizados con anterioridad al día quince de diciembre de mil novecientos setenta y seis”. De este modo, la ley de 1977 fue más una ley de auto-amnistía que un reconocimiento y exoneración para los luchadores contra el franquismo.
Una reflexión a 40 años vista
Cuatro décadas después podemos ver la transición como una oportunidad perdida que permitió ganar tiempo a las élites pero no garantizar la estabilidad del estado postfranquista, que se las ha visto durante décadas con la rebelión vasca, clave para mantener vivo un horizonte alternativo al marcado por la transición, cuyo testigo ha tomado con una fuerza gigante la actual rebelión catalana.
La Reforma política española fue hecha a imagen y semejanza de quién la promovió, el régimen franquista. La Transición fue presentada por las es- tructuras de poder político y mediático como un proceso modélico. Sin embargo, fue un proceso dirigido y fiscalizado por las mismas fuerzas que controlaron el Estado dictatorial, trayendo consigo: reproducción del poder por parte de las élites franquistas y conservadoras; democracia de baja calidad y ausencia total de democracia directa; subdesarrollo del Estado de Bienestar; negación de la plurinacionalidad del Estado; y una visión de la política como tarea de las élites de los partidos...
Lejos del publicitado pacto entre iguales, y de una ruptura con el estado franquista, fue una especie de aggiornamiento a la medida de las élites políticas y económicas necesitadas de escenificar un cambio. Algo así como una apertura del modelo de estado franquista me- diante un proceso de Reforma democrática. La crisis que, en la actualidad, están padeciendo el régimen y el Estado configurados en la Reforma nos invitan a pensar que el pacto está roto y que el Estado necesita reinventarse.
Lograron imponer la reforma, pero gracias principalmente a la resistencia y la rebelión de la sociedad vasca, se ha mantenido vivo el horizonte de la ruptura, que ya no se formula, obviamente, en los términos de los años setenta del siglo XX, pero que en lo fundamental, tiene como entonces su piedra angular en el reconocimiento del derecho de los pueblos a su libre autodeterminación.
El estado español está hoy en crisis y su continuidad en su actual forma es una de las posibilidades, pero no la única. Hoy, no estamos ante una mera repetición de las apuestas de los finales de los años setenta del siglo XX. Ahora, esta toma de posición rupturista implica también un encuadre en el nuevo escenario que se abre en esta Europa en profunda crisis. No es casual que la actitud del PNV haya provocado la satisfacción de los gerentes neo-liberales de la Unión, los mismos que afean a Catalunya su apuesta soberanista.
Ahora, la disyuntiva reforma-ruptura es, si cabe, de un alcance internacional (geopolítico) más marcado que la de hace 40 años. Ahora hay que elegir entre la barbarie neo-liberal que lo precariza todo y una alternativa que pon- ga el acento en la soberanía de los pueblos y en la defensa de la vida en común, la igualdad y la democratización de la economía y la política.
Recordar las luchas del pueblo vasco en los años posteriores a la muerte de Franco nos sirve, en primer lugar, para poner en cuestión el Mito de la modélica Transición y, sobre todo, para destacar el valor de los ejes de articulación de luchas.
Nos toca resituar la amnistía en el actual ciclo político, al igual que debía suponer la democratización del estado y el reconocimiento de Euskal Herria, como una reivindicación que pretende ser mayoritaria en el contexto de una sociedad vasca cada vez más dueña de si misma y activa. Una sociedad que se hace responsable de su futuro.
Hace cuarenta años la ilusión por dejar atrás la larga noche franquista y sus fantasmas hizo que miles y miles de personas se echaran a las calles para reivindicar la amnistía. Ahora la lucha por materializar la amnistía y la ruptura dempcrática en una Euskal Herria sin personas represaliadas vuelve a ser una emoción política transformadora, un motor del cambio hacia una vida mejor, que ha sido siempre lo que las y los luchadores de este país hemos querido ofrecer al mundo.
Enlaces de interés:
- (2017) 1977 El año de la amnistia- 40 años después. Korapiloa saila. Iratzar Fundazioa. Donostia (En digital aquí, paperean eskatzeko Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.)
- Reportaje en NAIZ Los días de la amnistía 40 años de una batalla ganada pero no definitiva aquí
- Korapilo en nuestra web
- La ley de amnistía aprobada en el Congreso de los Diputados aquí
- "Aministia guk kokatzen genun, haustura demokratikoaren barnean" episodio de la entrevista realizada a Tasio Erkizia aquí