La experiencia vasca de la lucha contra la OTAN en Bruselas

El grupo GUE/NGL ha organizado esta semana unas jornadas contra la OTAN bajo el título THERE IS AN ALTERNATIVE – NO TO NATO. En dichas jornadas ha participado junto al europarlamentario de EH Bildu Josu Juaristi, el director de la Fundación Iratzar Floren Aoiz. Ha explicado la experiencia de la lucha conta la OTAN de Euskal Herria.
En su charla, ha recordado el NO de Euskal Herria a la alianza atlantica en el referendum de 1986 y ha recordado que 30 años después siguen sin respetar la voluntad de los y las vascas. Como ejemplo clarificador a comentado la situación del Tiro de Polígono de las Bardenas. En cambio, ha recordado que aquel referendum dejó un poso positivo en la sociedad vasca, un sentido común antimilitarista y antibelicista.
Podeis leer el texto de la charla dentro de la noticia.
Charla de Floren Aoiz en el Parlamento de Europa [02/06/2016]
Desde Euskal Herria (País Vasco) una mano tendida para sumar fuerzas contra la OTAN, el militarismo y el belicismo
¡Hola! Me llamo Floren Aoiz y vengo del País Vasco. Soy el Director de la Fundación Iratzar (despertar, en lengua vasca), del partido político Sortu, uno de los cuatro que forman la coalición Euskal Herria Bildu (EH Bildu)
En primer lugar quiero expresar mi satisfacción y la de la izquierda independentista vasca por participar en esta Conferencia.
Hace 30 años, el 12 de marzo de 1986, mi pueblo, Euskal Herria (País Vasco) expresó un sonoro rechazo a la OTAN, el militarismo y las guerras. Se celebraba ese día un reférendum a nivel de todo el estado español, en el que los grandes poderes y la mayor parte de los partidos apostaron a favor de la OTAN, pero la ciudadanía vasca -como la catalana y la canaria- se rebeló y eligió un camino diferente.
En 1986 yo era un activista del movimiento juvenil, que fue muy activo en esa lucha. Organizamos consultas en los centros de estudios en las que participaron miles de personas. La juventud y las/os estudiantes nos movilizamos contra la OTAN junto a otros muchos agentes y sectores de nuestra sociedad porque entendíamos que se trataba de una reivindicación común.
Organizar y llevar adelante aquella campaña no fue fácil, porque la desproporción de medios era enorme, pero en aquella ocasión triunfó una amplia articulación de fuerzas que dividió dos espacios. De un lado quedaban la soberanía, el desarme, el antimilitarismo y la defensa de las condiciones de vida y trabajo de la mayoría de la población, mientras al otro se encadenaban el elitismo, el militarismo, la crisis económica y sus zarpazos contra los sectores más débiles, la negación de la soberanía y la represión. Tan fuerte resultó esta polarización que la participación popular en las movilizaciones y en el referéndum lograron derrotar al militarismo atlantista que, lamentablemente, sí se impuso en el conjunto del estado español.
Aquel no vasco a la OTAN tuvo consecuencias. Represivas, porque quisieron castigarnos por aquel acto de rebeldía, pero también en la cultura política y el sentido común, puesto que el antimilitarismo y el rechazo a la OTAN quedaron enraizados profundamente. Tanto fue así que pocos años después, el País Vasco fue foco de insumisión al servicio militar. Es por eso que el militarismo atlantista siempre, y ahora también, se enfrenta a grandes dificultades para sumar apoyos en nuestro pueblo.
30 años después de aquel referéndum las razones para decir No a la OTAN se han multiplicado. El Polígono de Tiro de las Bardenas, situado en el sur de nuestro territorio, sigue en manos del ejército español y al servicio de la OTAN, pese a las incontables movilizaciones populares y expresiones institucionales de rechazo.
Creemos que dar a conocer nuestra experiencia y especialmente aquella victoria de marzo de 1986 puede ser útil a la hora de plantearnos el futuro de la lucha contra la OTAN, el militarismo y las guerras. Si una reivindicación de semejante calado político fue apoyada por una mayoría social explícita es porque no fue vista en términos abstractos, sino en relación con el resto de los problemas y desafíos de la vida diaria. Dicho de otro modo, porque la gente sentía la OTAN, el militarismo y el belicismo como expresiones de una cadena de injusticias que sufría directamente y rechazaba. El militarismo de las élites y su apuesta por la OTAN fueron vistos como negación de la soberanía popular, como una amenaza a la democracia y un ataque a la sociedad en su conjunto. Por eso hubo una respuesta como pueblo, que fue el rechazo directo de la OTAN.
La elección que hizo nuestro pueblo en 1986 nos recuerda que la soberanía de los pueblos es clave para la construcción de un mundo diferente, una idea que resulta especialmente útil en estos tiempos de neoliberalismo desatado. Bajo el discurso de la glorificación de la globalización y el supuesto agotamiento de las soberanías estatales, nos imponen y justifican la soberanía del capital financiero y sus instituciones nada democráticas, ante las que se someten gobiernos y partidos.
La defensa de la soberanía de los pueblos y su derecho a decidir libremente su futuro, nos ofrece una sólida base para articular amplias coaliciones sociales y políticas de rechazo al militarismo, el belicismo y la OTAN. Esto nos puede ayudar a coordinar fuerzas desde posiciones políticas y/o ideológicas diferentes e impedir que esta cuestión aparezca como distante de las preocupaciones diarias de la ciudadanía.
Esta no es, claro está, la única base sobre la que aunar fuerzas y en cualquier caso, el desafío es coordinar las diferentes experiencias de lucha, por eso nos sentimos felices de participar en esta Conferencia de la izquierda europea. Es preciso trabajar desde abajo, en cada lugar, de la mano de los agentes sociales y políticos y buscando conexiones con las redes y espacios comunes que se puedan crear en otros ámbitos, como el europeo.
Esta es una confrontación en gran medida cultural, para crear un nuevo sentido común en el que no quepan el militarismo ni el belicismo. Pero es mucho más, es una urgencia, porque tenemos que parar una locura que puede arrastrarnos a más y peores conflictos que los ya generados a lo largo y ancho del planeta. La tragedia de las personas refugiadas que huyen de conflictos como el sirio, al que la OTAN no es ajena, nos invita a actuar con rapidez. Es momento de conectarnos y actuar en común y desde el País Vasco nuestro compomiso es tan firme como nuestra voluntad de sumar fuerzas.
Muchas gracias.